jueves, 29 de noviembre de 2012

Adiestrando a Tuna - Epílogo: dos meses después

¡Hola peluditos! Me han dejado escribir el epílogo de la "aventura" esta de Tuna y su adiestramiento a condición de que no la insulte ni me meta con ella. Va a ser difícil, pero allá vamos...

Ya hace casi dos meses que los bipes dijeron "basta" y se plantaron en la puerta del adiestrador con una Tuna que mordía, se subía a los sofás, no obedecía y no escuchaba (y me quitaba mi pelota). Ha sido un proceso largo y difícil para todos, pero tengo que reconocer que ha dado resultado.

A lo largo de este tiempo habéis visto como Tuna, poco a poco, ha aprendido a trabajar y a concentrarse. Sigue siendo muy independiente y a veces va a su bola, pero por lo menos ahora mira a los bipes cuando le hablan. A mí todavía no me mira si le riño, pero todo se andará...

Ahora ya no nos peleamos tanto, y la casa no está llena de cosas rotas por Tuna. Los bipes pueden dormir la siesta tranquilos sin tener que vigilarla constantemente, y cuando alguien viene a casa o nos ve pasear por la calle siempre dice cosas buenas de nosotras.

A mí no me han llevado al colegio ese ni he tenido un profe, pero los bipes también me han ido educando un poco. Ahora ya no puedo pasear con arnés y correa extensible, ni subirme a la cama de hermana-bipe, ni jugar con la pelota dentro de casa, ni hacer nada divertido... Yo creo que he salido perdiendo, pero los bipes dicen que cuando soy buena estoy más guapa, así que habrá que creerles.

Ahora lo importante es que Tuna no recaiga y siga haciendo los ejercicios. A mí me los van a enseñar también, y seguro que los hago mucho mejor que ella, que para eso soy más sabia. 

Aunque la aventura del adiestramiento haya terminado, nosotras seguiremos aquí, con nuestro blog y nuestra vida perruna online. Muchos lametones a todos y hasta la próxima, ¡guau guau!


martes, 27 de noviembre de 2012

Adiestrando a Tuna - Capítulo 12: graduación

¡Hola a todos! No es por darme importancia ni nada, pero ya soy una perrita con estudios y título y todo. Hoy ha sido mi último día de clase, con fiesta de fin de curso incluida.

Los últimos días no os conté casi nada porque todo era lo mismo: me llevaban a un parque muy grande donde no había nadie y me dejaban pasear sin correa. De vez en cuando hacíamos los ejercicios de "aquí", "sienta" y "tumba" y me daban chuches.

Pero hoy ha sido distinto. Los bipes me dijeron que ya se acababa el colegio, y yo no entendía. ¿Cómo se iba a acabar? Entonces vi que me llevaban a un sitio nuevo donde no había estado nunca, muy grande y con mucha hierba.

Estábamos nosotros solos, y yo ya estaba dispuesta a hacer mis ejercicios de siempre cuando me dijeron que no, que hoy podía estar suelta y correr todo lo que quisiera. A veces me llamaban y, si iba corriendo y me quedaba sentada, tenía premio. Pero básicamente me dejaron a mi aire.

Me porté muy bien y me dejaron oler muchas cosas interesantes y acercarme a un lago y todo. Los bipes estaban muy contentos porque ya era buena, y es verdad: en casa ya no rompo cosas, ni me subo a los sofás. Ahora les escucho cuando me hablan y les hago caso.

Ya no tengo que volver a clase, pero vamos a seguir haciendo los ejercicios por nuestra cuenta, para que no me vuelva mala otra vez. Me van a comprar un collar de pinchitos, y a África también. Y ahora tenemos un mosquetón para pasear juntitas por la calle, porque dicen que así vamos a estar más unidas o algo.

Y si alguna vez me porto mal, el profe ha dicho que tendré que ir a clases de recuperación. Creo que a partir de ahora seré buena siempre, que así me quieren más y me dan comida. Además, es muy divertido hacer ejercicios y pensar las cosas.

Ha sido una aventura, y me ha gustado mucho compartirla con vosotros. Ahora ya no os podré contar mis travesuras, porque voy a ser una perrita muy formal.

¡Muchos lametones a todos! Afri dice que mañana os va a escribir el epílogo de la aventura, porque piensa que me invento muchas cosas y que todavía soy mala. Ella no sabe nada, no tiene estudios. Yo sí.


martes, 20 de noviembre de 2012

Adiestrando a Tuna - Capítulo 11: ¡electroshock!

¡Guau guau! Hola a todos. Acabo de volver del adiestramiento y estoy agotada. Y encima mamá-bipe se ha llevado a Afri de paseo y a mí no. Dicen que ya he paseado y que tengo que descansar, pero no me gusta que Afri se divierta mientras yo me quedo en mi cesta.

La clase de hoy ha sido muy diferente. Me han llevado a la calle, a un sitio que yo no conocía, y hemos empezado a pasear. Entonces el profe me paró y me puso un collar muy raro. Era verde fosforito y tenía una petaca negra a cada lado. Pesaba mucho y era muy feo, parecía una marciana con eso en la cabeza.

Seguimos andando y de pronto... ¡el collar me dio una descarga! Los bipes dijeron que estaba en modo vibración, que no era electricidad y que me dejara de cuentos, pero la verdad es que la primera vez que el cacharro ese zumbó me dio un buen susto.

Yo andaba muy pegadita a la hermana-bipe, y me sentaba cuando ella lo decía, porque no quería más electroshocks vibrantes de esos. Entonces me pusieron la correa larga y empezamos con el ejercicio de "aquí". Yo iba corriendo muy contenta y cuando me acercaba a hermana-bipe no la embestía, sino que me paraba y me sentaba. Y entonces tenía premio.

Seguimos así un rato y de repente me soltaron. Nunca había paseado sin correa por la calle, así que me pegué a los bipes y fui muy despacito. A veces me quedaba atrás para oler algo, pero no los perdía de vista.

Hicimos un par de veces los ejercicios de siempre y me dieron más chuches de perro. Como empezaba a hacer fresco no quería sentarme, porque el suelo estaba frío y no me gustaba nada, pero casi no me riñeron. 

Cuando terminó la clase, el profe dijo que mañana vendría a casa para reñir a Afri por portarse mal conmigo, así que ya os contaré si se pone muy rabiosa o no. Aún no lo sabe, pero creo que no le hará mucha gracia.

Muchos lametones a todos. Sed buenos con los bipes, ¡guau guau!

PD: ¡Ayer cumplí 10 meses! Y los bipes no me hicieron fiesta sorpresa, ni me dieron regalos ni nada. Ya soy mayor, mirad la primera foto que me sacaron y lo comprobaréis.


domingo, 18 de noviembre de 2012

Tuna, la ratera

¡Hola a todos! Como Tuna está durmiendo la siesta (no sabe hacer otra cosa), he aprovechado para venir a MI blog a contaros un poco cómo hemos pasado el fin de semana. 

Tuna ha estado practicando sus ejercicios de clase y yo he jugado mucho con la pelota. Creo que los bipes se sienten culpables por prestar tanta atención a la enana y de vez en cuando se pasan la tarde entera conmigo. 

Nos hemos peleado mucho. Tuna incluso llegó a darme un mordisco en la orejita, y me hizo sangre. Lloré, pero me dijeron que no exagerara tanto, que siempre empezaba yo las peleas y que nos portáramos como buenas hermanas. ¡Yo no quiero! Es un mal bicho, que se vaya de mi casa.

El sábado vino la abuela-bipe, a pasar el fin de semana con nosotros, y Tuna le quitó un pañuelo y lo destrozó. Un rato después, la funda de las gafas de abuela-bipe desapareció misteriosamente, y todos le echamos la culpa a Tuna. Le dijimos que era una ratera, y que nos dijera dónde había escondido la funda. Ella puso cara de tonta y no nos hizo caso.

Entonces, la hermana-bipe llegó con la funda en la mano diciendo que se la había encontrado en la repisa del baño, y que le pidiéramos perdón a Tuna porque era inocente y la pobre no había hecho nada. ¡Ja! Nadie le pidió perdón. Seguramente se la habría llevado igual, tarde o temprano.

Nos peleamos un poco más y a mí me dijeron que últimamente estaba muy borde, y que me iban a llevar al adiestrador también. Yo no quiero ir a eso, que es cosa de perros conflictivos. Yo soy una señorita.

Y ya no tengo mucho más que contar. Tuna se ha despertado y viene hacia aquí, así que me voy, que se pone muy chula y si le digo algo encima la mala soy yo. Muchos lametones a todos, ¡guau guau!


martes, 13 de noviembre de 2012

Adiestrando a Tuna - Capítulo 10: ¡volando voy, volando vengo!

¡Hola peluditos! Tenía muchas ganas de volver a contaros mis aventuras en el colegio, pero mi profe se tomó unas mini-vacaciones y hasta hoy no he vuelto a clase.

Cuando llegamos al campito donde entreno estaba un poco nerviosa, porque el perro del profe había estado por ahí dejando su olor y no me concentraba. Empezamos andando un poco y haciendo el ejercicio del tumba, pero vi de lejos al papá del profe haciendo algo raro en el jardín con un saquito de piedras, así que me levanté y me fui corriendo hacia él. La hermana-bipe se enfadó conmigo y me hizo estarme quieta y tumbada, por mala.

Cuando ya estaba harta de andar en círculos, el profe trajo una correa muy larga, la más larga que he visto nunca, y me dijo que hoy aprendería algo nuevo: se llama el ejercicio de "aquí".

Qué puedo decir, me encanta ese ejercicio, ¡es muy divertido! El profe se pone a mi lado, me coloca la correa larga y me sienta. Entonces la hermana-bipe coge la correa y se va muy lejos, me llama, me dice "aquí" y el profe me suelta. 

Lo que hay que hacer es correr mucho hasta donde está la hermana-bipe para que me de el premio. Si me voy a otro sitio o me paso de largo, me da tirones. Pero como al final siempre me voy con ella, siempre tengo premio.

He corrido mucho y el profe ha dicho que soy una cabra loca, pero me lo he pasado pipa. Una de las veces corrí tanto que me choqué con la hermana-bipe y le di un cabezazo, y otra vez me pasé de largo y la arrastré por el campito.

Al final de la clase me dejaron andar por ahí suelta. Creo que eso es como el recreo. Me han dicho que mañana a lo mejor hacemos el ejercicio de "aquí" por la calle, que es más difícil.

Muchos lametones a todos, de mi parte y de la de Afri, que está enfadada porque a ella no le dan premios...

martes, 6 de noviembre de 2012

Adiestrando a Tuna - Capítulo 9: en la calle no se juega

¡Hola a todos! África me ha dejado escribir mi entrada de hoy si le prometía no tumbarme en su cojín y darle mi ración de comida durante toda la semana. Se lo he prometido, pero no pienso hacerlo. Este blog también es mío, que lo dicen los bipes.

Os pongo un poco al día: este fin de semana, como sabéis, fui a Tarifa yo solita con los bipes. Me porté muy bien, le quité una acedia al abuelo bipe y me la comí con espinas y me sacaron de paseo. Echaba un poco de menos a Afri, y sé que ella a mí también. En cuanto nos vimos el domingo, nos lamimos las orejas, aunque luego me mordió un poco, así que yo le di un arañazo y le hice sangre. Nos queremos mucho.

En las clases hemos hecho el ejercicio del tumba, y me han vuelto a dar salchichas. Ahora la que hace el ejercicio conmigo es hermana-bipe, pero no sabe, así que no me tumbo todas las veces, sólo algunas.

Hoy, la cosa fue un poco mejor, así que el profe dijo que nos íbamos a la calle. Yo pensaba que ir a la calle era saltar, tirar de la correa y jugar con los demás perros, pero no. Me pusieron el collar de los pinchos y no me dejaban hacer nada. 

Tenía que estar sentándome todo el rato, no podía hablar con mis amigos del barrio ni ir por donde yo quería. Aún así, lo hice todo muy bien, y me dieron más salchichas.

Paseamos durante mucho rato y luego volvimos al colegio de los perritos. Los bipes se quedaron hablando en la entrada y, como me aburría, asomé la cabeza por la puerta y vi a un montón de perros grandes corriendo por el césped. Yo quería jugar, pero ellos no hacían más que ladrarme, así que yo también. ¡Que perros más tontos!

Ahora estoy en casa, descansando. Es agotador ir a clase. Creo que mamá-bipe se ha llevado a Afri de paseo: oigo como ladra y como le dicen que se siente. Seguro que lo está haciendo todo mal, ella no da clases, es una "analfabestia".

Bueno, voy a ver si me dan algo de comer. He visto un paquete de salchichas en la nevera y seguro que son todas para mi. Muchos lametones a todos, nos vemos mañana. ¡Guau guau!

viernes, 2 de noviembre de 2012

Reina por un fin de semana

¡Hola a todos! África al habla. 

Como os dije el último día, cambié la contraseña del portátil y la pequeñaja no puede entrar a escribir sus bobadas. Mejor para todos.

Aún así, los bipes me han pedido por favor que cuente un poco de sus dos últimas clases. La del miércoles al parecer fue fatal: Tuna no quiso hacer ningún ejercicio y le tuvieron que dar tirones con el collar ese que pincha. Lloró y se arrastró por el suelo, no hizo caso al adiestrador e incluso se escapó. Al parecer el collar le quedaba un poco grande, así que se las arregló para sacárselo por la cabeza y escaparse del corralito donde entrena. Un show.

Ayer fue un poco mejor la cosa. No quería comerse las chucherías de premio porque estaba en plan tonto, pero hizo los ejercicios. A veces, cuando la tumbaban y le decían que estuviera quieta, ella reptaba por el suelo, pero no colaba. Así no vale. Dicen que es por las hormonas, pero que en general va muy bien.

Y ya basta de hablar de sus clases de parvulario. Hoy, los bipes me han dado una buena noticia: se la llevan a Tarifa con ellos el fin de semana. Yo me quedo con los hermanos-bipe. Y toda la casa es para mí.

Se la han llevado hace un momento. Al principio me he puesto triste porque ella va y yo no, pero hermana-bipe me ha dado una chuche y me ha llevado a su cuarto, donde está mi cesta. Estoy muy tranquilita aquí, sin jaleos ni aullidos.

Espero que Tuna se aburra mucho en Tarifa, y que hermana-bipe me saque de paseo. Me lo voy a pasar pipa, este fin de semana seré la reina de la casa. Muchos lametones a todos, ¡guau guau!