martes, 29 de enero de 2013

Adiestrando a Tuna - El retorno de los pinchos

¡Hola a todos! Hacía mucho tiempo que no me dejaban escribir en el blog. La hermana-bipe no suelta el ordenador porque dice que tiene cosas que hacer, y la pedorra de Tuna piensa que el hecho de que un pajarito le chille es un asunto de Estado o algo...

Pero hoy he decidido ponerme firme y venir a contaros lo que todos ya sabíamos: que Tuna es mala hasta la médula y que todos los profes del mundo no pueden hacer que se porte como un ser perruno normal.

Veréis, últimamente a Tuna le dio por comer basura, romper cosas y ponerse rebelde en los paseos. Los bipes se hartaron de ella (lógicamente) y el otro día tomaron una decisión: volvieron a llamar a su profe para que le diera un repaso.

Hoy, el profe ha venido a casa. Tuna, como no se entera de nada, se ha puesto contentísima. Ha dado un par de volteretas y se ha dedicado a roncar como una morsa en su cesta. Yo estaba muy atenta a todo, y os lo resumo: a partir de ahora va a dormir en un transportín, para que no pueda romper nada y deje de comerse las patatas del cesto de verduras.

Además, papá-bipe recibirá unas clases de repaso sobre cómo pasearla bien. Es que claro, esto es un cachondeo: enseñan a la hermana-bipe a llevarla con la correa pero luego no la saca ella. Y, por supuesto, Tuna se aprovecha, como siempre.

Después de la charla, se la llevaron de paseo. Al parecer no fue mala del todo, pero hay que pulirla, como a un diamante en bruto. Yo lo de diamante lo quitaría, pero bueno.

Y lo mejor de todo es que ya está por llegar su collar de pinchos, así que tendrá que aprender de una vez por todas.

Así que esperemos que todo vaya bien. A mí personalmente no me importa lo más mínimo: si es mala, la regalan y yo me quedo sola y tranquilita, como antes.

Muchos lametones a todos, ¡guau guau!


domingo, 20 de enero de 2013

¡Cumpleaños feliz!

¡Hola a todos! Ya sé que hace mucho que no venimos a contaros nuestras aventuras. Ni siquiera vinimos a desearos una feliz Navidad y un próspero año nuevo. Toda la culpa es de la hermana-bipe, por no dejarnos el ordenador. Pero ha prometido que a partir de ahora se portará mejor...


Han pasado muchas cosas desde nuestra última entrada: fuimos de vacaciones a la playa (aunque esa historia os la contaré otro día), África se puso malita con la alergia por culpa de las vacunas del perriatra y yo me he portado muy mal, o eso dicen los bipes.

Como no dejaba de comerme la basura, ahora ya no hay basura que comer: la han escondido. Así que me he dedicado a romper algunas cosas que había por el suelo. Pero sigo haciendo los ejercicios que me dijo mi profe: me siento, me tumbo y me quedo quieta. El problema es que me aburro mucho. Y que me gusta comer cosas, sobretodo si son cosas de los bipes.

Pero lo más importante que ha ocurrido es lo que vengo a contar: ¡ayer fue mi primer cumpleaños! Ahora soy mayor, ya no soy una cachorrita. Los bipes dicen que tengo que ser buena, que ya no tengo la excusa de ser pequeña.

Pero yo no entiendo muy bien eso del cumpleaños. Pensaba que tendría regalos y una tarta muy grande para mí sola. Ja. Los bipes sólo me acariciaron un poco y me felicitaron. Y ya. Ni regalos, ni tarta, ni nada. Me enfadé mucho. Le dije a Afri que jugara conmigo porque era mi cumple y tenía que hacer lo que yo quisiera, pero me ignoró. 

Hoy aún estaba enfadada, así que me fui al jardín para escarbar en la tierra, llenarme de barro y ensuciar el sofá o algo así, pero entonces vi a unos pájaros muy bonitos. Me acerqué para ver si querían ser mis amigos pero se fueron volando. Uno de ellos era más lento, así que le di con la pata para que jugara. El pobrecito (que además de lento era algo torpe) se rompió la patita y dijo que no jugaba.


Yo me quedé a su lado para que no estuviera solo, pero su familia vino a molestar. Me chillaban y querían picarme un ojo. El pajarito me dijo que mejor me volvía a mi casa, pero como yo no quería tuvo que venir la hermana-bipe y llevarme en brazos.

Ahora me aburro. El pajarito se ha ido y los bipes están enfadados conmigo porque he hecho un agujero muy grande en el césped. Afri dice que soy más tonta que la pata de una mesa. 

Bueno, mejor que voy ya, que tengo hambre. Voy a ladrar un poco para que me hagan caso. Muchos lametones a todos, ¡guau guau!