¡Hola peludos! Estos días hemos estado muy aburridas, porque ha llovido bastante y cuando el césped se moja no nos dejan salir a jugar. A Afri le da igual, es muy pija y no le gusta mancharse, pero ¡a mi me encanta! Llenar de barro la casa y a los bipes es mi pasatiempo favorito.
Pues eso, que estábamos Afri y yo muy aburridas cuando ayer, de pronto, papá-bipe y hermana-bipe me dijeron que me iban a presentar a un nuevo amiguito. Me montaron en el coche y me llevaron a una casa que yo no conocía. Entonces noté un olor especial: ¡olía a perrito!
Fui corriendo a un jardín muy grande con piscina, y de pronto lo vi...
Se llama Watson y es igual que yo, pero en pequeño. En cuanto me vio, se puso muy contento y empezó a dar saltos y a ladrarme. A mí no me gustaba, porque me ponía las patitas en la cara y me perseguía, pero me dijeron que no fuera tan sosa y que jugara con él, así que jugamos.
Como era muy lento yo le echaba carreras, porque sabía que iba a ganarle. También hicimos un juego en el que yo me revolcaba y él se subía en mi barriga. Entonces yo tenía que levantarme muy rápido y tirarle al suelo. Los bipes me dijeron que era una bruta, y que le iba a hacer daño a Watson.
Intenté quitarle su comida y su cama, pero no me dejaron. Entonces les pedí un poco de agua, porque tenía sed, pero el plato de agua era de Watson, y el muy egoísta no me dejó tomar ni una gota. Se puso delante y se cayó dentro, de culo. Y yo agua de culo no bebo.
Al final nos despedimos y Watson lloró un poco. Eso es que le gusto. Ahora tengo un nuevo amigo que SÍ quiere jugar conmigo, no como la tonta de Afri. Muchos lametones a todos. Os dejo un par de fotos más de los dos, para que veáis lo bien que me lo paso. ¡Guau guau!