¡Por fin! Llevaba una eternidad intentando escribir en el blog y parece que hoy será posible.
Como sabéis, hace cosa de tres semanas, la pequeñaja y malvada Tuna cambió la contraseña del portátil para que no pudiera boicotearle las entradas. He estado todo ese tiempo rompiéndome la cabeza para averiguar la nueva contraseña (pensando que sería algo complicado, lleno de números y símbolos)... y resulta que la contraseña era "tuna". Más tonta y no nace.
El caso es que ahora el poder lo tengo yo. La nueva contraseña es maquiavélica y Tuna no va a poder contaros nada sobre salchichas y círculos a no ser que me lo suplique.
Aprovechando que está dormida, o haciendo vaya-usted-a-saber-qué, voy a contaros mi propia historia, un desgarrador relato de cómo he sido desplazada y ninguneada por culpa de ese bicho cabezón.
Yo era la princesa de mi hogar, y cuando los bipes me "regalaron" a Tuna, decidí que para ser la favorita tenía que portarme mejor que ella. Esto no fue muy difícil, porque Tuna era más mala que el ruido de mil petardos juntos.
Pero desde que la están adiestrando, se porta mejor y ahora resulta que la mala soy yo. Por su culpa ya no puedo dormir en el sofá ni jugar con la pelota dentro de casa, pero la mala soy yo. Y todo porque de vez en cuando le gruño, o le ladro, o me peleo con ella.
Veréis, en invierno los bipes ponen debajo de la mesa un brasero, que da calorcito. Desde pequeña ese era mi sitio, ahí dormía yo por las tardes y por las noches, cuando los bipes veían la tele. Hace poco lo pusieron, porque el frio ha llegado... ¡y la enana quería meterse debajo conmigo! Ni loca le voy a ceder mi sitio.
El caso es que, justo al mismo tiempo, Tuna ha tenido el primer celo y anda con las hormonas revueltas. Ahora veo claro que es una amenaza, porque ha crecido y quiere mandar. Así que los últimos días he intentado enseñarle por las malas que la princesa de la casa soy yo. Ella puede ser la criada si quiere.
Pero los bipes esto no lo entienden. Dicen que no puedo ser tan gruñona, que nos tenemos que llevar bien. Yo no quiero, no me da la gana. Veremos quien rie la última.
Os mando muchos lametones a todos, echaba de menos MI blog, y a vosotros. Ah, y para dejar claro que Tuna no es la única que tiene fotos bonitas, aquí os dejo una de hace poco, para que veáis lo guapa que estoy. ¡Guau guau!